El freeride se apodera de las nuevas generaciones, esquiar fuera de pistas y dejarse llevar por nubes de nieve polvo fuera de los dominios acotados de las estaciones de esquí  se ha convertido para las nuevas y no tan nuevas generaciones en una máxima donde  encontrar esa pendiente perfecta se ha convertido en una obsesión.

Una obsesión que nos convierte esta búsqueda  en una tarea ardua y difícil, cuyos resultados acaban  en muchas ocasiones  a deambular por los límites  o zonas anexas  a las  tradicionales macro estaciones de esquí. Este hecho que se da más veces que las deseadas, sobre todo si no queremos portear interminablemente nuestros equipos, es  en la mayoría de los casos lo que disminuye esa parte de aventura que se busca en estos descensos,  no es que  disguste compartir emociones con los otros  esquiadores y snowborders tradicionales, más bien  el problema radique en  la sensación de “frikiâ€� que se nos queda en un ambiente tan estanqueizado y  enlatado como el de  una estación de Esquí, sentirse un auténtico Freeride va más allá de vestirse, el entorno nos tiene que envolver.

 Encontrar el destino perfecto no es del todo imposible dado que si buscamos entre todas los destinos posibles, seguro que encontraremos un sin fin de lugares donde poder dejarse llevar por nuestra fiebre de bajadas, quizás muchas de ellas cumplan con todos los requisitos, pero seguro que ninguna de  ellas representa ese destino perfecto donde podamos sentir y  vivir el genuino Freeride.


Pero como pasa en las grandes búsquedas de tesoros, no siempre lo mejor es lo más conocido o más a  mano; los tesoros  valiosos aunque suelen estar a la vista, pero esa aparente modestia que presentan ocultan el gran valor que poseen. Esto es lo que ocurre a una pequeña estación de esquí  de los Alpes, rodeada de otras mayores y más espectaculares, ocultando a una pequeña joya que sin duda debería aparecer en   todas las listas de paraísos del Freeride, su nombre ronco y áspero no  ayuda  a que sea conocida, ese lugar mágico no es otro que La Grave, una  pequeña estación de esquí  situada en un pequeño pueblo (600 habitantes) al pie de la carretera  donde sólo vamos a encontrar un telecabina y dos  pequeños telearrastres,  poca cantidad  de infraestructuras para  uno de los mejores dominios esquiables de los Alpes, 2.150 metros de desnivel nos esperan en sus entrañas y que están destinados solo a   los Freeriders  con una sed insaciable de  genuina aventura.

Como todo en la vida siempre habrá desconfiados que duden de esto, pero para ellos sólo tenemos que  fijarnos al descender de nuestro coche y encaminarnos a  las inmediaciones de la Telecabina, a medida que nos  acercamos la sensación de estar en “otraâ€� estación se  hace patente muy  alejado de los cánones habituales de otras estaciones de esquí. Aquí todo es distinto, no existen las habituales colas, ni el glamour de los últimos modelos de ropa de esquí, por el contrario le ambiente que se respira es de aventura. Nada más acercarnos a los remontes lo primero que nos encontraremos son carteles que avisan de la equipación necesaria para afrontar los descensos: arva, pala, sonda, arnés y material rescate grieta y nos alertan de los riesgos que podemos encontrar en sus pistas no pisadas y poco balziadas.


Tampoco los  que esperan la cabina  tienen el porte habitual de los esquiadores de fin de semana, sólo hay que mirarles para encontrar unas caras curtidas a la que acompañan con unos esquís  anchos y con un aspecto del que se va a jugar algo importante en la bajada,  hemos entrado en u territorio:  Freeride.

Pero el variopinto mundo que nos encontramos no se ciñe sólo a esta fauna, no faltan tampoco grupos que con un Guía o profesor buscan descubrir esas experiencias y disfrutarlas con la comodidad de sentirse acompañado de un profesional.

 A medida que subimos con el paso de los minutos vamos descubriendo la verdadera dimensión  de La Grave, nuestra primera impresión se va acentuando y vamos dandonos cuenta de lo acertados que hemos sido cuando escogimos este lugar, una sensación que da su punto y final cuando hacemos el necesario trasbordo de cabina  y nos vemos en el centro del meollo, no existe atisbo de ninguna pista pisada, todo es un inmenso campo abierto de múltiples posibilidades para el Freeride, si miramos solo vamos a encontrar huellas de bajadas que recorren las más desafiantes palas, un autentico festín donde podemos encontrar pavorosas trazadas que desafían nuestra imaginación, una sensación que no decrece     cuando por fin llegamos a la parte superior de la estación donde para nuestra sorpresa nos  vamos a encontrar con  las dos únicas zonas pisadas y que corresponden a las dos pequeñas pistas que alcanzan el  col de Lauze, que con sus escasos 200 m de recorrido son una pequeña isla en un inmenso océano de nieve virgen. Un pequeño grano  de arena en un desierto Freeride.


Esquiar en La Grave es entrar en otra dimensión, por encima del esquí tradicional esta estación posee un buen número de descensos con una amplia gama de distintas posibilidades con unos recorridos muy variados y aptos para todos los niveles, desde los más sencillos a los más difíciles,  convirtiendo de  este modo en una estación  muy polivalente con un suficiente campo de juego adecuado a todos los gustos.

Como todo no es dejarse las energías en sus interminables descensos, en   La Grave  vamos a  encontrar  las suficientes  infraestructuras turísticas que aportan la comodidad necesaria de cualquier estación invernal, pubs, hoteles, Gites, etc.   nos van a ayudar a sobrellevar estas terribles jornadas, refrescar nuestras secas gargantas, e intercambiar  las  batallitas diarias en  la compañía de otros cazadores de descensos.

La estación cuenta así mismo con  lugares como el Ref. Chancel o el pequeño bar de la estación intermedia, verdaderos Oasis para dar el merecido descanso a nuestras sufridas piernas y así  poder disfrutar de unas vistas privilegiadas, donde dejar suelta la imaginación para descubrir ese siguiente descenso.

Para los profanos en La Grave no es solo un territorio  Freeride, es algo más,  es el lugar  donde se encuentra una de las montañas más emblemáticas de los Alpes: La Meije (3.983), que pese a no alcanzar los 4.000, es una de las cimas importantes  de los Alpes. Su sola presencia nos indica el carácter alpino de esta peculiar estación de esquí,  y es la puerta de un conjunto montañoso donde sólo hace falta variar la vista para disfrutar de  todos los encantos de este  bello rincón.

 Para aquellos que sólo miran los folletos y se ciñen a la escueta información que desprenden, La Grave puede representar una pequeña estación donde es fácil acabar con todas las  posibilidades de descenso en unas pocas jornadas y consideran por tanto a  esta estación como  algo “pequeñaâ€�, craso error puesto que las posibilidades de descenso no se limitan  a su dominio esquiable, desde sus pistas se puede abarcar otras rutas, como combinar con descensos por Les Deux Alps o por el Valle de la Selle y descender a la bella población de Saint Christophe Osians, para estas dos opciones se hará indispensable una combinación de vehículos o la contratación de un taxi que nos devuelva a nuestro origen.

Sin embargo, no hay que olvidar que La Grave no es un espacio  controlado por lo que se hace necesario disponer de los suficientes conocimientos y materiales para afrontar con seguridad de estos descensos que en la mayoría de los casos discurren por  terreno glaciar, disponer de arva, sonda, pala, casco, teléfono, arnés y material rescate glaciar  se hace imprescindible si sólo queremos decantarnos por los  itinerarios clásicos; si por el contrario  nuestras intenciones pasan por algunos de los otros descensos, se hará necesario ampliar con material más específico como algún sistema complementario de seguridad como ABS, Avalancheball o similar.

Lo que podemos asegurar es que sean cual sean nuestras intenciones, acercarse a este bello rincón es una cita obligada para todos los amantes tanto del esquí fuera pista como  para aquellos que buscan algo más que el esquí enlatado de las estaciones tradicionales.

Si pese a todo lo expuesto, se nos hace pequeño este rincón, siempre  podemos plantear un pequeño viaje por  esta zona poco concurrida de los Alpes, los Ecrins representan un macizo poco conocido, que nos depara un variado abanico de distintas opciones muy completas, donde  no todo esta supeditado al   Freeride, lugares próximos como Le Alp D’Huez, Serre Chevalier o Les Deux Alps son destinos más que recomendables  donde dejarse caer y disfrutar de inmensas bajadas “tradicionalesâ€� o zonas donde distraernos un poco, relajarnos de tanta sensación adrenalinita, la  vecina Briançon nos van proporcionar un merecido relax, su casco viejo situado en una antigua fortaleza se convierte en cita obligada donde degustar una buena cerveza o una poderosa comida montagard.





RECORRIDOS:

La estación de La Grave presenta dos itinerarios que se pueden considerar como clásicos y que permiten varias combinaciones, permitiendo  de esta manera evitar la monotonía de  hacer el mismo.

VALLONS DE LA MEIJE

Este es el recorrido más frecuentado puesto que discurre por la vertical del telecabina y al pie de la impresionante La Meije, por otro lado es el menos complejo  y permite enlazar de una manera directa con la estación inicial  del telecabina en La Grave.
Este itinerario con grandes acumulaciones de nieve presenta peligro de avalanchas en la parte final del recorrido.


VALLONS DU CHANCEL

El segundo de los recorridos habituales, este itinerario es quizás el más “alpinoâ€� sigue el glaciar de la Girose y llegar al Ref. Chancel le da el punto justo de comodidad  a este bello  recorrido, lo único que resta encanto es su final que en caso de falta de nieve no permite llegar a La Grave.

OTROS RECORRIDOS

Todo el dominio de La Grave permite realizar multiples variantes que aumentan de manera notable los itinerarios antes descritos, pero entre otras posibilidades se encuentra el descenso hasta Saint Christophe Osians que requiere contar con unas condiciones estables de nieve, su comienzo desde el Col de Lauze nos va  a deparar una bajada de más de 400 metros a 40º, hasta el Ref. de la Selle.

Enfentchores, Chirouze, couloir des Freaux, Girose, Orciere, son itinerarios que requieren más que buen nivel de esquí, son descensos complejos que necesitan disponer de material específico de Alta Montaña y de los conocimientos necesarios.

Info util:

BIBLIOGRAFIA:

L'ALPE D'HUEZ, LES DEUX ALPES, LA GRAVE HORS PISTES
ED. VAMOS

 MAPAS:
SERIE TOP 25 IGN  3436ET MEIJE/PELVOUX/PN DES ECRINS
SERIE TOP 25 IGN  3336ET LES DEUX ALPES/OLAN/MUZELLE/PN DES ECRINS

Web:
http://www.montagne-oisans.com/
http://www.lagrave-lameije.com/
http://www.lagrave.com

Compañía Guías Osians:
http://axel.38.free.fr/


Teléfonos:
Oficina Turismo + 33 4 76799005

 Alojamientos:
   La Grave:
Gîte "Le Rocher" 05 320 La Grave - La Meije Hautes Alpes – France
 +33 (0)476 799 646 http://gite.le.rocher.free.fr • gite.le.rocher@free.fr.
   Le Refuge 33(0)4 76 79 84 55 e-mail::nathalie.ferrier@tele2.fr