El mundo de los pirineos es inmenso y distinto como sus dos vertientes, recorrerlos es una aventura llena de contrastes que vale la pena valorar y diferenciar.
Cuando tenemos la oportunidad de vagar por sus dos vertientes nos encontramos algo más que un paisaje diferente, seremos conscientes de dos realidades bien distintas de un mismo conjunto; en el cohabitan dos formas muy distintas de ver el desarrollo socioeconómico de sus habitantes. No sabrÃa decir cual es el mejor, pues los dos se adaptan a las peculiaridades propias de dos paÃses con culturas e ideas distintas; estas formas influyen de muy distinta manera al entorno y paisaje.
Pero si que hay algo que se destaca sobre lo que podemos observar al deambular por estas vertientes fuera de estos aspectos socioeconómicos; es la forma con que se vive la montaña, por el lado norte se observa como las personas que se acerca a las montañas tiene una intención plena de disfrutar de ellas de cualquier forma, recorriéndolas y adecuando su actividad a sus peculiares gustos, forma fÃsica, etc.; y otra muy distinta en el sur en el que predomina el safari, donde sólo se busca acercarse a la orilla de la carretera para asà en apenas 5 mn poder convertirse durante un breve momento en un intrépido montañero de pro; estas dos formas totalmente distintas y totalmente licitas de acercarse a los Pirineos son el reflejo de las dos diferentes formas de sentir. Pero si hay algo común a estas dos vertientes de este inmenso dominio, es la presión humana que se esta ejerciendo sobre este entorno, que provoca un profundo castigo sobre ellos.
Sin embargo no todo es catastrofista, disfrutar del Pirineo y su soledad es posible sólo necesitamos buscar esos rincones alejados y poco transitados para sentir esa añeja sensación de soledad.
Hoy podemos aplaudir o criticar las dos formas de vivir y sentir los Pirineos, pero esta en nuestras manos defender la forma que se adapte a nuestra sensibilidad, teniendo en cuenta que todos los habitantes de los Pirineos tienen los mismos derechos a disfrutar de los servicios de cualquier ciudadano de sus respectivos Estados.