Hacia tiempo que no lo probaba, el tiempo te hace más “cómodo†y no te planteas ciertas actividades que puedan suponer una palicilla para el cuerpo, por eso que no entraba en mis perspectivas repetir la Cara Norte del Perdido, por eso cuando se me planteo la posibilidad de repetirla tuve ciertos reparos debidos al fruto de mi menor capacidad de sufrimiento.
Pero como no hay mejor medicina que el ensayo, no me pude resistir a volver a esta pared, a la que según parece le queda poco tiempo de ser uno de los últimos recorridos glaciares de nuestros pirineos, asà que me dispuse a olvidar mis recelos y me lancé a la aventura de volver a disfrutar de una escalada que se parecÃa más a una de mis locuras juveniles de vivaquear, aproximación nocturna etc, que a las cosas tranquilas de mis tiempos actuales.
No me arrepiento de lo realizado a veces hay que forzar un poco la maquina y forzarse a salir de la rutina para retomar el verdadero sabor al alpinismo.
Y como no podÃa ser hubo suerte, la ruta estaba en unas buenas condiciones, con su punto alpino en las zonas escasas de nieve con pequeños alicientes como cascadas de agua, mixto fácil, etc. Una compañÃa agradable y un buen tiempo dieron la puntilla a una ascensión para el recuerdo y para poder soportar esas obligatorias “aujetillas†en nuestro cuerpo.