Asà me sentia yo este pasado fin de semana cuando llegue a la cima del Mte. Perdido, armado de casco, arnes, crampones, cuerda,y demas artilugios (venia de la norte) y me encontré a un grupo de gente que con cara de alucinados nos miraban, la cosa no deja de ser anecdotica sino fuera por que la más de la mitad de los que allà estaban carecian de crampones, botas y ropa adecuada, yo personalmente me abrigue nada más llegar pues la sensación termica era bastante fresca.
Al preguntarles sobre las condiciones de la normal me indicaban que sólo habÃa un pequeño neverillo antes de llegar al collado y que para lo demás no habÃa nieve, como dato diremos que el "neverillo" resulto ser la parte final de la escupidera de unos 80 m de longitud y con una pendiente media de 30º con una nieve dura- helada con una huella escasa, pero como el esto no podia acabar asà todavia faltaba lo mejor dos niñas de 16 años progresando con sus progenitores? equipadas con zapatillas de trekking progresando por el mismo, para que luego hablen del padre de los San Fermines.
No cabe decir que el resto de la gente que me encontré bajando presentaba el mismo perfil que el de la cima, todos seguÃan mirandonos con estupefacción al ver el equipo que llevabamos, nadie nos pregunto si era necesario tanto "trasto", por lo que la sensación de ser un frike integral se reafirmo.
Fuera bromas, hoy en dÃa con la ingente informacion que tenemos a nuestro alcance (en la red habÃa fotos de las condiciones de nieve de la montaña entre las cuales estaba la escupidera),no hay escusa para planificar con detalle y con datos recientes nuestras actividades; por lo que infravalorar estas condiciones o limitar el equipo por razones de peso u otras varias pueden poner en peligro nuestra vida y la de los que nos acompañen.